**Aqui la opinion del escritor mexicano -Carlos Fuentes- sobre Chiapas. **En mi opinion, la voz de un intelectual que representa el pensamiento de miles de latinoamericanos. La cuestion chiapaneca **por Carlos Fuentes** Leyo' Ernesto Zedillo la nota de la revista Time en la que abiertamente se hablaba de un presidente ``derretido''? Penso' que en poli'tica, mucho ma's que en filosofi'a, tuvo razo'n el obispo Berkeley cuando dijo hace ma's de dos siglos: El Ser es la Percepcio'n? Se impaciento' de ser percibido como un presidente de'bil y poli'ticamente inexperto? Se dolio' de que su presidencia, sustentada sobre bases electorales mucho ma's firmes que las de su predecesor, Carlos Salinas, no gozase de la fuerza que pronto alcanzo' e'ste? Pero co'mo gano' su fuerza Salinas, siendo un presidente con legitimidad electoral tan discutida? Podi'a Zedillo conquistar fuerza y confianza pu'blica con el equivalente del Quinazona acusacio'n y encarcelamiento del nefando li'der petrolero Joaqui'n Herna'ndez Galicia en enero de 1989, que tantos aplausos le valio' a Salinas? Que' Quinazos le quedaban a Zedillo, agobiado por las sucesivas devaluaciones del peso, la fuga de capitales, la evaporacio'n de las reservas, las amenazas de moratoria de pagos y bancarrota, los pre'stamos con o sin condiciones? No teni'a cuatro buenas opciones y una mala? No era la primera buena opcio'n remover a un gabinete de mediocridad flagrante y sustituirlo con otro verdaderamente competente, representativo del talento y la pluralidad nacionales y abocado a atender una situacio'n de emergencia? No era la segunda buena opcio'n llevar a una conclusio'n justa, crei'ble y ra'pidal avance hacia una plena democracia mexicana, a partir del Acuerdo Poli'tico Nacional suscrito entre los partidos y el gobierno el pasado mes de enero? Y no era la cuarta, la opcio'n de mantener la tregua en Chiapas, arma'ndose de paciencia y ma's paciencia, como lo dijo el presidente hace poco, argumentando contra los halcones de dentro y de fuera del aparato oficial que usar la fuerza en Chiapas no significaba acabar con la violencia en Chiapas, sino aumentarla alli' y en el pai's entero? Por que' opto' Ernesto Zedillo por la quinta y ma's mala de sus opciones: romper la tregua en Chiapas? Porque era la ma's fa'cil para desvanecer la imagen de debilidad presidencial? Corriendo el riesgo de aparecer ma's de'bil que nunca, prisionero del eje'rcito, de los halcones nacionales, de los tiburones internacionales y, aun, del gobierno norteamericano? Co'mo saber, a la luz de la flagrante contradiccio'n entre la poli'tica de ha'bil paciencia y voluntad ne que la mera presencia del eje'rcito en el peri'metro de la tregua era suficiente para asegurar la contencio'n del conflicto y darle tiempo y ma's tiempo, pero tambie'n ma's y ma's exigencia de imaginacio'n poli'tica, a su solucio'n? No se debi'a negociar ya con encapuchados insurgentes en una iglesia cato'lica en espera, quiza's, de que el pai's deje de negociar con encapuchados oficiales en la iglesia del PRI? Alguien cree que los arsenales descubiertos en Veracruz y el Distrito Federal son, de ser del EZLN, una amenaza real para el gobierno? Son estos ridi'culos ``arsenales'' =3DADdiez armas de fuego, tres can~ones caseros, dieciocho granadas, dos minas, nueve kilos de explosivos y 946 cartuchos=3DAD mayores que los de cualquier asaltante bien provisto en una de nuestras grandes ciudades? No tiene mejor armamento cualquier pequen~o cacique pueblerino de Me'xico? Y por que', en un re'gimen que se dice comprometido con la reforma y eficacia de la iene armas y que hay centenares de publicaciones que se han ocupado del conflicto chiapaneco? Se trata de liquidar la cada vez ma's destartalada fama del PAN como partido de oposicio'n? Tiene razo'n Porfirio Mun~oz Ledo cuando habla de un re'gimen de Estado bipartidista PRI-PAN? Se ha convertido la Procuraduri'a General de la Repu'blica en la PANaderi'a General de la Repu'blica? Y mucho ma's gravemente, este especta'culo digno de la Santa Inquisicio'n anuncia tiempos de pesquisa ideolo'gica, de satanizacio'n de la heterodoxia, sea poli'tica, intelectual o sexual? Entramos a un periodo de guerra sucia a la argentina? Con que' garanti'as cuentan los ciudadanos, los diarios y revistas, las universidades y los centros de investigacio'n y sobre todo los individuos y sus familias, cuando se crea un clima inquisitorial, de asociaciones delictivas, en el que todos los cavernarios poli'ticos del pai's se sienten autorizados, por la energi'a y la voluntad iales que los halcones se apresuran a aprovechar, hasta convertirse en los campeones de una libertad excluyente de los dema's porque son inte'rpretes privilegiados del pensamiento presidencial? No abre, ominosamente, Zedillo esta perspectiva cuando sataniza a las dirigencias del EZLN diciendo que no son ``ni populares, ni indi'genas, ni chiapanecos''? No son, en todo caso, mexicanos? Debio' Simo'n Boli'var abandonar su condicio'n de aristo'crata venezolano para liberar a los esclavos de la mita peruana? Debio' el Che Guevara abstenerse de luchar en Cuba porque era argentino? Teni'a algo que ver el cura Hidalgo, lector de Rousseau, con las turbas iletradas de la Independencia mexicana? Y en que' momento se convirtieron los representantes zapatistas, de dirigentes dignos de sentarse a negociar, en delincuentes dignos de ser exterminados por el gobierno? Son ciertos los informes de ejecuciones sumarias en Chiapas, las declaraciones de tortura de mujeres zapatistas a las que las confesiones les fueron arrancadas con amenazas y toques ele'ctricos? Y quie'n nos asegura que, una vez liquidada la insurgencia zapatista, se atendera'n de verdad los problemas seculares de Chiapas? Estari'an esos problemas presentes en nuestras conciencias si no hubiera sido por Marcos y el EZLN? Volvera' Chiapas, sin Marcos y el EZLN, a caer en manos de gobernadores ineptos y corruptos, volvera'n a hundirse los ancestrales reclamos de la regio'n en el olvido, la desesperacio'n y la injusticia? Por que' se tilda de delincuentes a los insurgentes zapatistas y se trata como pu'dicas doncellas a los finqueros, los ganaderos, los rapamontes, los terratenientes que explotan a Chiapas con la impunidad y la alevosi'a que les dan sus guardias blancas? Por que', siempre, tanta violencia contra los de'biles en nombre del derecho y tanta justicia hacia los poderosos en nombre de la impunidad? Terminara' esta guerra, reiniciada por el gobierno, restaurando simplemente el status quo ante en Chiapas? Sera' una guerra breve, una operacio'n quiru'rgica en la que las voces de la protesta y de la justicia sean sofocadas al cabo por el coro adulador y legaluyeo de la razo'n de Estado, los imperativos financieros y otros biombos de la injusticia perpetuada? O sera' Chiapas una guerra larga, de atricio'n, un Vietnam mexicano en el que el colonialismo interno somete a sus sujetos coloniales, una Chechenia que no se atreve a decir su nombre, una sombra separatista proyectada sobre el futuro de Me'xico por la impaciencia y la ceguera centralistas? Confi'a el presidente Zedillo en una operacio'n veloz que le permita, de alli' en adelante, gobernar con firmeza a favor de una poli'tica democra'tica? O son la democracia, el acuerdo poli'tico y la voluntad negociadora, las primeras vi'ctimas de la nueva guerra en Chiapas? No dice acaso verdad Adolfo Aguilar Zi'nser cuando advierte que con la razo'n de la reforma democra'tica de su lado, ``un gobierno en tra'nsito genuino, real, tangible a la democracia y la justicia'', le quitari'a razo'n a los zapatistas y los obligari'a forzosamente a negociar? Es demasiado tarde para restaurar la poli'tica de paz, paciencia y negociacio'n en las que Zedillo debio', con persistencia, fundar su propia autoridad presidencial? Hoy, esta' enajenada esa autoridad al eje'rcito, a la bolsa de valores, a los ultras mexicanos, a los menos numerosos pero a los ma's rapaces? Ha dividido el presidente de Me'xico al pai's, creando las condiciones para un enfrentamiento civil? No conto' el Quinazo de Salinas con un consenso nacional, mientras que el ``Chiapanecazo'' de Zedillo carece de e'l menos que identifiquemos la adulacio'n con la nacio'n? Cuenta Zedillo con la fatalidad del olvido, el desgaste de las convicciones, el peso aplastante de la necesidad? O puede au'n ser un presidente con la autoridad que e'l mismo ha explicado, la autoridad fundada no en el autoritarismo sino en la democracia? Pero puede Zedillo conquistar la verdadera autoridad sin el apoyo de la sociedad civil, los partidos poli'ticos y sus organizaciones? Es e'sta, al cabo, no una lucha aislada en la selva Lacandona, sino una lucha nacional entre las fuerzas de la oscuridad (dinosaurios del PRI, caciques, asesinos emboscados, especialistas en represio'n) y las fuerzas de la luz (la sociedad civil en su conjunto)? Quedara' Zedillo sometido a las sombras, dividido entre sol y sombra, o salvado por la luz? Depende la respuesta so'lo de e'l, o de la mayori'a de los mexicanos? Coincidira'n al cabo nuestro ser nacional y nuestra percepcio'n democra'tica? Podremos lograr dicha coincidencia sin esa ``necesidad moral de la paz'', como la llama elocuentemente Miguel Angel Granados Chapa, indispensable en ``una nacio'n atribulada por la miseria y la inequidad, atenazada hoy por esa guerra de todos contra todos impuesta por la crisis devaluatoria y su manejo'', a la que encima de todos sus males, se le impone hoy una guerra persecutoria en Chiapas? Latinoamerica en la Cumbre de Copenhague por Carlos Fuentes Algo se esta agotando en Latinoamerica: Los pretextos para justificarla pobreza. Ni raza, ni clima, ni latitud, ni etnia, sirven para dar razon de la existencia de doscientos millones de pobres. La pobreza ha dejado de ser destino religioso, resignado pero feliz, preferible a la riqueza que tiene, como el camello por el ojo de la aguja, vedado el ingreso al cielo. "Vivir, nacer, en la dura ceniza agachados", asi describio Pablo Neruda a la fatalidad de la pobreza. Cada vez resulta menos convincente el pretexto colonial. Tambien fueron colonias Canada, Estados Unidos y Australia y hoy son naciones ricas. Pero tambien fueron colonias los paises francofonos de Africa, que siguen siendo pobres. La culpa es de Iberia -"la Castilla miserable" de Antonio Machado-? Quizas. Pero despues de doscientos an~os de independencia, los paises de America Latina ya no pueden achacarle noventa y cuatro millones de seres en pobreza extrema a la Contra Reforma. Es probable que muchos de nuestros males les sean atribuibles a Felipe II. Aunque sea cierto, tambien es remoto. Mas amparo tuvieron, en todo caso, los desamparados, bajo la tutela de las Leyes de Indias y el respeto de la monarquia espan~ola hacia las tierras de las comunidades indigenas, que bajo las constituciones republicanas que autorizaron el despojo en nombre del mercado y el genocidio en nombre del progreso. Latinoamerica es pobre porque no se ha desarrollado, o no se ha desarrollado porque es pobre? Causa y efecto se anulan mutuamente, contribuyendo a ese vaiven, a esa desesperacion pendular que un dia German Arciniegas ubico entre la libertad y el miedo, entre la anarquia y la dictadura. Huerfanos seculares de la Razon y el Progreso, los latinoamericanos buscamos avidamente teologias que nos den fe, sino razon, y seguridad, si no progreso. De Santo Tomas de Aquino a Karl Marx, pasando por Rousseau, Comte y Bergson y siguiendo con Keynes, Hayek y Friedman, somos comunicantes desamparados en busca de su iglesia. Nos tragamos todas las hostias, asi sean ruedas de molino. Y si nos va mal, pronto descubrimos al Diablo que nos engan~o, impidiendonos llegar a la Tierra Prometida del Desarrollo, la Democracia y la Justicia. Nos cuesta aceptar que el Diablo somos nosotros mismos y que, como en el poema de William Blake, las puertas del cielo y del infierno son contiguas y de nuestra propia hechura. Los pretextos para justificar la pobreza se estan agotando porque se han agotado las ideologias que, desde la derecha o la izquierda, nos prometan para esos instantaneos. El precio de este viaje al Eden recuperado era siempre sacrificar algo, a veces lo mejor, de nosotros mismos. Alucinados por el progreso, creemos que avanzar era olvidar, dejar atras las manifestaciones de lo mejor que hemos hecho: la cultura riquisima de un continente indio, europeo, negro, mestizo, mulato, cuya continuidad afan no encuentra correspondencia politica. Cultura sin fisuras y politica fracturada. Cultura de la abundancia y economia de la necesidad. Que las separa, que les impide adquirir, a la economia y a la politica, la vitalidad ininterrumpida de la cultura que hemos hecho, a lo largo de los siglos, todos los latinoamericanos? Es la miseria el destino de los herederos de Machu-Picchu y Teotihuacan, de Santo Domingo en Oaxaca y de la Compania en Potosi? Es la marginacion la fatalidad de los descendientes de Sor Juana y Aleijadinho, Ruben Dario y Machado de Assis? En 1806, durante su visita a Mexico, el cientifico aleman Alexander von Humboldt llama al entonces virreinato de la Nueva Espana "el pais de la desigualdad". Pudo haber extendido su descripcion a todas las tierras al sur del Suchiate. La desigualdad es el gran baldon de la historia latinoamericana. La colonia lo disfrazo y hasta lo atenuo mediante la labor heroica de hombres como Vasco de Quiroga en Mexico, Manuel de Nobrega en Brasil y de las misiones jesuitas del Paraguay. La independencia perdio la gran oportunidad de aliar igualdad con libertad; consagramos esta, repudiamos aquella. Las Elites criollas que consumaron la independencia no habian luchado para compartir sus frutos con los despreciados "pardos". Desde entonces, nuestros esfuerzos por generar riqueza se han visto vulnerados, constantemente, por nuestra incapacidad para alcanzar igualdad. Hemos duplicado, en los ultimos veinte an~os, la poblacion, pero la mitad, doscientos millones, viven en la pobreza y un numero identico, tambien doscientos millones, son menores de dieciocho an~os: un continente de nin~os y adolescentes?. Todo latinoamericano que en el an~o 2000 demande un trabajo, ya nacio, ya esta alla, y muchas veces donde esta se llama ciudad perdida en Mexico, poblacion cayampa en Chile, villa miseria en Argentina, rancho en Caracas, favela en Rio. La desigualdad y la pobreza nos marcan con un hierro candente. Lo que se gana se pierde: pobreza y desigualdad generan desesperanza y resignacion a veces, pero tambien mueven voluntades. Apenas se les presenta la oportunidad del ascenso social, nuestros hombres, mujeres y nin~os lo toman. Doy un ejemplo. Me ha tocado conocer, como escritor, a tres generaciones de lectores mexicanos. El abuelo llego del campo con el impulso de la Revolucion, la Reforma Agraria, las comunicaciones y la industrializacion. Nuestro primer secretario de Educacion, Jose Vasconcelos, le dio al joven abuelo la primera escuela y el primer libro. El hijo, en la segunda generacion, paso de la clase obrera a la clase media, y desde joven adquirio libros y en ellos encontro sus sen~as de identidad -de Borges y Neruda a Gabriel Garcia Marquez y Ruben Fonseca-. Pero el nieto, golpeado por la crisis economica de la decada perdida, debia abandonar los estudios a los trece an~os, irse a la calle para complementar el ingreso familiar, vender chicles en las intersecciones de las grandes avenidas, disfrazarse de payaso, suicidarse lentamente tragando fuego para entretenimiento de transeuntes, o unirse a pandillas criminales. Meninos da rua en Brasil, gamines en Colombia, vidas partidas por el rayo de la pobreza, vidas perdidas en las atarjeas del subdesarrollo... Los latinoamericanos no hemos carecido de exito en este siglo. Tanto los Estados nacionales como los sectores productivos crecieron notablemente a partir de la primera guerra mundial. Lo que no crecio fue el acceso al credito, la asistencia tecnica, la inversion en capital humano, "vivienda e infraestructura basica: medidas compensatorias hacia los sectores de la pobreza extrema y grupos vulnerables", como indica este Informe. Faltaron las acciones para "aumentar la productividad de los pobres". Falta, asimismo, la clara voluntad de distinguir y respetar las funciones propias del sector publico y las del sector privado, dandoles contenido social a ambos, asegurando que las estrategias de inversion, exportacion y ahorro se combinasen con correctivos sociales. Estos, durante la Guerra Fria, fueron confundidos con las politicas del comunismo sovietico, y satanizados en consecuencia. Las sociedades exigian reforma. Los poderes politicos y economicos las obstruian. Las doctrinas de la seguridad continental paralizaron multiples iniciativas de cambio que buscaban mayor igualdad, mejor distribucion, un grado superior de justicia. Perdimos cuarenta an~os en la esterilidad bipolar, culminando, en la decada de los ochenta, con una crisis que redujo drasticamente el poder adquisitivo, retrajo los salarios reales a los niveles de 1960, aumento el desempleo, la malnutricion y la mortalidad infantil, disminuyo el gasto y los servicios sociales y generalizo la pobreza. No fue solo el efecto de una crisis financiera. Fue la consecuencia del aplazamiento de reformas indispensables. Los Estados nacionales de Latinoamerica, agobiados por las demandas insatisfechas de obreros, campesinos, sector cultural, empresarios, militares y acreedores extranjeros, sucumbieron, en muchos casos, a las dictaduras castrenses, a la necesidad de purgas macroeconomicas en seguida y, finalmente, a la consagracion democratica. En este transcurso critico, aprendimos que el desarrollo, por si mismo, no engendra justicia ni elimina pobreza, que la solucion de problemas de caja y disen~os de la macroeconomia -frenar la inflacion, equilibrar el presupuesto, eliminar barreras al comercio, aumentar la reservas- no derrotaban, por si mismas, a la pobreza, y que toda teoria del crecimiento carecia de validez si no se dirigia al destinatario real de la economia: la persona humana. Su familia. Su cultura. Tuvimos que aprender de nuevo que las politicas sociales, como indica el Informe, "son una inversion de alta rentabilidad economica". Al mismo tiempo, le imponen una condicion sustantiva a la democracia: no puede mantenerse un orden de libertades sobre el fragil sustento de la miseria. Mejor que nadie, lo ha preguntado el vicecanciller sueco, Pierre Schori: cuanta pobreza soporta la democracia, cuanto subdesarrollo tolera la seguridad global? Porque el problema no es solo nuestro, como expresamente lo anuncia la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social. Descubrimos, al acabar la Guerra Fria, que el fin del comunismo al este del Rio Elba no aseguraba el triunfo de la justicia social ni al oeste del Elba ni al sur (ni al norte) del Rio Grande. La cuestion social, largamente aplazada, volvio al primer plano de la preocupacion politica. Descubrimos la universalidad de la agenda social: crimen, violencia, droga, falta de techo, falta de salud, educacion insuficiente, problemas de la infancia, de la mujer y de la tercera edad, pandemias incontrolables, demografias y medio ambiente. La crisis de las civilizaciones urbanas afecta por igual a Bogota, Boston y Birmingham. Solo que en Estados Unidos y en Europa Occidental, la pobreza es minoritaria y la riqueza mayoritaria. En America Latina, la pobreza es mayoritaria y la riqueza minoritaria. Hay, es cierto, un tercer mundo dentro del primer mundo y un primer mundo dentro del tercer mundo. Pero mal de muchos es consuelo de tontos. Lo importante es darnos cuenta de que ambos mundos, el primero y el tercero, estan unidos por la integracion economica global, por la difusion mundial de la informacion y por las crecientes corrientes migratorias del oriente al occidente pero, sobre todo, del sur al norte. Entramos a un universo co-responsable. Sabremos asumirlo? Hoy, vuelven a cobrar todo su valor estas palabras del lider laborista ingles Clement Attlee: "No podemos sobrevivir si creamos un paraiso dentro de nuestras fronteras y toleramos un infierno fuera de ellas" Como crear sin confrontaciones la co-responsabilidad imaginada por Attlee? Es que presentarle, una vez mas, su cahier de dolares al Norte, el Sur debe asumir obligaciones que, como la caridad, comienzan en casa. Eliminar gastos superfluos (en muchos casos, devoradores gastos de defensa), introducir reformas fiscales y otros correctivos de la distribucion, instrumentar los programas de educacion y salud. Todo esto es cierto, pero no conduce necesariamente a la eliminacion de la pobreza sin un marco de atribuciones que elimine tambien la mutua satanizacion del Estado nacional por los partidarios del mercado o del mercado por los partidarios de la intervencion estatal. Carlos Fuentes Salinas versus Zedillo: Las faldas de la Coatlicue ``Es Valle Incla'n en directo''. De este modo sucinto y certero me describio' Jorge Sempru'n, en 1981, el esperpento protagonizado por el teniente coronel Antonio Tejedo Molina en Madrid el 23 de febrero, en las Cortes y frente a las ca'maras de televisio'n. La tentacio'n de hacer bromas valleinclanescas sobre las actitudes recientes del ex presidente de Me'xico, Carlos Salinas de Gortari, ha sido grande y, a menudo, irresistible. Los caricaturistas lo pintaron, a partir de su decisio'n de ayunar, como un Gandhi criollo, un faquir exhibicionista o un Cristo que se clava a si' mismo a la cruz, murmurando: ``Perdo'name Sen~or, no se' lo que hago''. Pero Carlos Salinas sabe muy bien lo que hace. Todos hari'amos mal en subestimarlo. No se trata de un loco, sino de un hombre sumamente complejo y sumamente inteligente, digno de un estudio en profundidad sobre el individuo en el poder, como el que Gregorio Maran~o'n dedico' al Ce'sar Tiberio, o lo que, ma's recientemente, han obsesionado a Gabriel Garci'a Ma'rquez y a Richard Kapuscinski. Si sus enemigos lo subestiman, Salinas les llevara' una gran ventaja. Su guio'n no lo escribio' el autor de Martes de carnaval, sino el de La larga marcha. Salinas, el joven maoi'sta, el viajero novicio a la China popular, el avezado tecno'crata, el presidente internacionalmente vitoreado, se sintio' amenazado por las acciones del nuevo gobierno mexicano, trato' de detener los hechos a la fuerza, enviando una escolta armada a rescatar a su hermano Rau'l, acusado de la autori'a intelectual del homicidio de Jose' Francisco Ruiz Massieu, secretario general del oficialista PRI (Partido Revolucionario Institucional), se topo' con el Eje'rcito y mejor se retiro' a su base populista, el barrio San Bernabe' de Monterrey, la colonia proletaria favorecida por el programa social de la presidencia salinista, Solidaridad. Las cuevas de Hu Nan de Carlos Salinas de Gortari. Alli', confirmo' su triple postura ante los acontecimientos que conmueven a Me'xico. Cree en la inocencia de su hermano. Exige que se le exima de toda sospecha de encubrimiento en el caso del asesinato de Luis Donaldo Colosio, el candidato del PRI a la Presidencia, en marzo de 1994. Y pide, por u'ltimo, que el gobierno de Ernesto Zedillo se haga responsable exclusivo de la crisis provocada por la devaluacio'n del peso mexicano en diciembre del an~o pasado. Al defender a su hermano Rau'l Salinas, el ex presidente nos recuerda a todos que la pelota de este violento jai alai de la poli'tica mexicana, salio' del lado de Ernesto Zedillo y que fue el presidente actual quien, en efecto, inicio' la ruptura con el presidente anterior. Por que' lo hizo? Para afirmar su propio poder, debilitado por las sucesivas crisis de sus turbulentos primeros cien di'as: devaluacio'n, crisis financiera, Chiapas, negociaciones humillantes con Estados Unidos? Porque sabi'a de movimientos poli'ticos del ex presidente que podi'an representar un peligro para el nuevo presidente? Para cumplir el ritual parricida sexenal de la poli'tica mexicana? O, simple y verazmente, porque Zedillo contaba con nueva y precisa informacio'n para inculpar a Rau'l Salinas y antepuso la aplicacio'n de la ley a cualquier otra consideracio'n, personal o poli'tica? Aunque no fuese asi', habri'a que darle a Zedillo, en beneficio de la nacio'n, el beneficio de la duda y creer que su pasio'n casi puritana por la reforma del aparato judicial, poniendo el derecho por encima de todo y de todos, lo llevo' a iniciar la secuela que estoy comentando. Pero el presidente no podi'a ignorar que en efecto cumpli'a el rito sexenal azteca, que su acto le acarreari'a popularidad inmediata y una percepcio'n de Zedillo como presidente fuerte. Se expuso -- lo previo' o no?-- a una ene'rgica respuesta del ex presidente Salinas. Y e'ste, al responder como lo hizo, rompio' la regla de oro de la sucesio'n del poder por la li'nea materna en Me'xico: el ex presidente lo aguanta todo, calumnia, befas, desprecios, a fin de que el nuevo presidente acapare el poder absoluto. No cabe ma's de una persona en la cima de la pira'mide del poder mexicano. Esto era cierto para Moctezuma y lo es para Zedillo. Pero la contrapartida de este trueque de poderes es que ni el ex presidente vuelve a abrir la boca, ni el presidente en turno le toca su dinero o su familia. La ruptura de Zedillo con Salinas fue por esto ma's brutal que la anterior y hoy muy evocada: la que ocurrio' entre el nuevo presidente, La'zaro Ca'rdenas, y el poder detra's del trono, el ex presidente y jefe ma'ximo de la Revolucio'n, Plutarco Eli'as Calles, hace exactamente cincuenta an~os, en 1935. Au'n Calles, sin embargo, acepto' a regan~adientes su exilio y Ca'rdenas, una vez asegurada la fuerza y dignidad de su investidura, paso' a aplicar su propia poli'tica. Entre 1936 y 1940, revoluciono' a Me'xico en todos los o'rdenes: reforma agraria, educacio'n, nacionalizacio'n del petro'leo, organizacio'n obrera, poli'tica exterior independiente... y base corporativa para la simbiosis del gobierno y el partido oficial. Lo que hoy se juega, precisamente, es saber si ese sistema, que ha regido a Me'xico durante medio siglo, puede perpetuarse, va a renovarse o debe ser sustituido por otro. De alli' que el enfrentamiento Zedillo-Salinas rebase con mucho a las personalidades de ambos y nos situ'e en el meollo de la cuestio'n poli'tica mexicana. Se ha llegado al li'mite. El antiguo sistema no da para ma's. Ni social, ni econo'mica, ni poli'ticamente, es sostenible. Mientras aseguro' estabilidad y desarrollo a cambio de libertad democra'tica, fue tolerado y hasta admirado. Cuando su cosecha so'lo es crisis econo'mica, inestabilidad, corrupcio'n e impunidad de sus actores, para que' sirve? Pero a esta pregunta, acto seguido, hay que an~adir otra: Con que' sustituirlo? La respuesta no se hace esperar. Con democracia. Pero la democracia la canalizan los partidos. Y aqui' volvemos a la crisis actual: todos los partidos poli'ticos mexicanos esta'n en crisis y en proceso de recomposicio'n. El PRD (Partido de la Revolucio'n Democra'tica) tiene un ala socialdemo'crata y otra ultraizquierdista. El PAN (Partido de Accio'n Nacional) tiene una ala colaboracionista y otra independiente. Y el PRI tiene un ala progresista y otra dinosa'urica. Hasta hace unos di'as, Ernesto Zedillo, sin renunciar a su filiacio'n prii'sta, afirmaba sobre todo la necesidad de separar al partido del gobierno. No dudo que esta siga siendo su intencio'n. Pero el sa'bado 4 de marzo, al celebrar los 66 an~os de la fundacio'n del partido, el Presidente tuvo que reafirmar, con inso'lita energi'a, la firme alianza del gobierno con el PRI. Unas horas antes, el procurador general de la Repu'blica habi'a ``obsequiado'', como dicen los leguleyos, las exigencias del ex presidente Salinas, exonera'ndolo de cualquier sospecha de encubrimiento en el caso Colosio. Zedillo tuvo que regresar al PRI para afirmar su propia fuerza ba'sica --el partido-- mientras Salinas regresaba al barrio de San Bernabe' en Monterrey a reafirmar la suya propia --el movimiento de Solidaridad, el futuro partido ``Solidaridad''?--. Porque falta tratar el tercer tema suscitado por el muy activo e inteligente ex mandatario, que no en balde se sabe El Pri'ncipe de Maquiavelo de memoria: la mejor defensa es el ataque. Sin negar insuficiencias propias, Salinas culpa al gobierno de Zedillo de haber convertido, con la devaluacio'n de diciembre, ``un problema'' en una ``crisis''. Desde mi punto de vista, Salinas esta' equivocado pero es natural que le cueste ver el desastre de un modelo econo'mico --el neoliberalismo, la economi'a vudu' denunciada un di'a por su amigo George Bush, la fo'rmula ilusoria del goteo de la riqueza acumulada hasta arriba hacia los que la esperan alla' abajo-- que el ex presidente y los hombres del ex presidente hicieron suyo hasta la sacralidad. El modelo neoliberal ocurre en las esferas celestiales de la macroeconomi'a. Pero la mayori'a de la gente vive en la microeconomi'a. Y aunque la macro puede resolver, como lo advirtio' el siempre alerta Gabriel Zaid, problemas de caja, luego se debe pagar un alto precio por el castigo a los individuos y las empresas, al ahorro, a la inversio'n productiva. El gobierno de Carlos Salinas se goberno' a si' mismo por el dogma neoliberal, endulzado por el paliativo cristiano de Solidaridad. Presupuestos equilibrados, inflacio'n de un solo di'gito, importantes reservas de divisas, apertura al mundo y brazos abiertos al capital fora'neo. Lo malo fue que este capital so'lo mi'nimamente invirtio' en el sector productivo y ma'ximamente se dedico' a la especulacio'n, sujeta'ndose (y sujetando a Me'xico) a movimientos financieros sobre los cuales ningu'n gobierno actual tiene control y que, en nuestro caso, se fueron como vinieron, en alas de oscuras golondrinas. Basto' para ello que en Me'xico se acumularan los problemas poli'ticos y otros mercados ofrecieron mayores ventajas que el nuestro. Aqui' al lado, noma's, Estados Unidos salio' de la recesio'n y aumento' sus tasas de intere's: Como diri'a Arnold Schwarzenegger, `` Hasta la vista, baby!''. El Banco Mundial, desde principios del 94, habi'a hecho circular un informe sumamente cri'tico de la baja productividad, el escaso ahorro y la dependencia excesiva de la economi'a mexicana. Larry Summers, el subsecretario norteamericano del Tesoso y futuro presidente del Banco Mundial, ha vuelto a recordarlo hace di'as: ``Me'xico cometio' graves errores en la poli'tica macroecono'mica durante el u'ltimo an~o. A pesar de las expresiones de preocupacio'n de funcionarios norteamericanos y otros, en el sentido en que la poli'tica mexicana era insostenible, los mexicanos se aferraron a la opinio'n de que la pe'rdida de reservas del pai's no necesitaba ajustes de la poli'tica''. El argumento del Tesoro de Estados Unidos es el mejor que tiene Zedillo para contestar a Salinas. Las oscuras golondrinas se fueron, deja'ndonos en las manos los nidos vaci'os de una insostenible deuda externa disfrazada de deuda interna (los Tesobonos), el crecimiento sacrificado al fetiche de la baja inflacio'n, la apertura comercial conducida a un ritmo febril que acabari'a por sacrificar las evidentes y comprobadas ventajas del Tratado de Libre Comercio, importaciones excesivas financiadas con capital vola'til, un de'ficit en ascenso de la balanza en cuenta corriente y, a pesar de todo, la conviccio'n dogma'tica de que este no so'lo era el mejor, sino el u'nico camino. La crisis la heredo', en toda su dimensio'n, Zedillo. La manejo' mal. Pero esto no lo convierte en el responsable total de ``los errores de diciembre'', como ahora pretende Salinas. No cabe duda que, de todos modos, tendra' lugar la batalla entre las dos interpretaciones de la crisis. Esto ocurre en el peor momento para Zedillo, y Salinas lo sabe. Se inicia en estos di'as la discusio'n en el Congreso mexicano acerca del paquete de ayuda financiera organizado, principalmente, por el gobierno de Estados Unidos. El Congreso mexicano ha recuperado la facultad de discutir y en su caso, aprobar o rechazar compromisos financieros internacionales. El ``paquete Clinton'', que' duda cabe, lo es. A cambio de veinte mil millones de do'lares, Me'xico se compromete a seguir una determinada poli'tica econo'mica que es, exactamente, la que nos llevo' a la situacio'n presente. Cero crecimiento del circulante monetario, reduccio'n del gasto pu'blico y ma's privatizaciones. Es una fo'rmula de desastre renovado para un pai's que requiere crecimiento aun a costa de inflacio'n, como lo ha hecho Brasil, pero sin sus extremos. Es una fo'rmula de desastre para un pai's que au'n debe aprender la leccio'n que los economistas de todo el mundo han desprendido de la crisis del neoliberalismo puro practicado durante doce an~os por Reagan, Bush y Thatcher: restringir el circulante y el gasto durante una recesio'n conduce a la depresio'n, no a la recuperacio'n. Es una fo'rmula de desastre para un pai's donde un sector privado devastado por la crisis, ayuno de cre'dito, empanzurrado de deudas, requiere de mayor gasto pu'blico para tener ma's consumidores. El paquete que se discute en el Congreso mexicano atenta contra lo mismo que quisiera promover: la confianza en Me'xico. Co'mo va a tenerla nadie en un pai's tratado como un perpetuo menor de edad, sospechoso de ineptitud consustancial, corrupcio'n, frivolidad y autoritarismo caprichoso? El diputado que quiera restaurar la confianza en Me'xico, debe votar contra un paquete moral, poli'tica y econo'micamente oneroso, y que no resuelve nada, aplaza'ndolo todo. El que este indigno acuerdo haya llegado hasta nuestro Congreso habla muy mal, asimismo, de las capacidades de nuestra menguada diplomacia para hacerle entender al pu'blico norteamericano, que no a su gobierno, que si' lo entiende pero se hace pendejo por razones poli'ticas internas, que esta es una crisis compartida por Me'xico y Estados Unidos bilateralmente pero tambie'n como miembros de la economi'a global. Nuestras comunicaciones han fallado. El ciudadano gringo cree que le esta' haciendo el gran favor a Me'xico y se lo van a cobrar a Me'xico con poli'ticas migratorias, a Clinton con derrotas electorales. Sera' necesario recordar co'mo logro' el presidente Franklin Roosevelt pasar el muy impopular pre'stamo de guerra a la Gran Bretan~a (``lend lease'') en 1941? ``Cuando la casa de tu vecino se incendia --dijo entonces FDR-- acude enseguida a apagar el fuego en vez de discutir sobre el precio de la manguera''. Vaya fuego. Vaya manguera. Los peligros del incendio mexicano son que el cohete de nuestra crisis estalla por una de sus tres mechas: la crisis bancaria, la crisis de la empresa y del empleo o los estallidos populares de la segunda presidencia de Pe'rez en Venezuela. En vez de aplazar ficticiamente y por poqui'simo tiempo estos peligros pagando Tesobonos en do'lares gracias a la humillante ayuda de Washington, Me'xico deberi'a acelerar la hora de la verdad. No la llamemos, trauma'ticamente, moratoria o suspensio'n de pagos, sino, como siempre lo hemos hecho, desde tiempos de nuestro primer presidente Guadalupe Victoria (1824-1829), ``renegociacio'n de la deuda''. Siempre hemos sido buenos para eso y ahora debemos serlo ma's que nunca, como lo saben negociadores tan experimentados como Jesu's Silva Herzog, Bernardo Sepu'lveda y, Dios nos coja confesados!, el propio canciller en funciones Angel Gurri'a. Negociar la deuda con imaginacio'n, audacia y patriotismo, pero, al mismo tiempo, disen~ar una nueva poli'tica de desarrollo con base en el mercado pero con capi'tulo social, un poco al estilo de la Comunidad Europea, pero en un pai's con cuarenta millones de miserables requeridos de oportunidades mi'nimas de educacio'n, salud y empleo. Una inflacio'n moderada que se lleve con el crecimiento. Mayor seleccio'n de inversiones para capi'tulos productivos. (Tanto la Cumbre de Copenhague como el Wall Street Journal piden impuestos sobre la inversio'n extranjera especulativa). Incremento del ahorro a partir de fondos de pensiones y mutualidades. Mayor proteccio'n a las empresas exportadoras que en poco tiempo pueden revertir la situacio'n de la balanza de pagos. El desafi'o poli'tico deja al presidente Zedillo con la oportunidad, que ningu'n otro presidente ha tenido realmente desde Ca'rdenas, de redefinir con resolucio'n una poli'tica de salvacio'n nacional que recoja y ponga al di'a, en un nuevo contorno internacional y potenciando muchos aciertos de la administracio'n salinista, la capacidad de trabajo, ahorro, productividad y energi'a de la de'cimotercera potencia econo'mica del mundo, Me'xico, un pai's que dejo' de ser prisionero del petro'leo y hoy puede ufanarse de un 80 por ciento de exportaciones no petroleras. La actitud de Ernesto Zedillo no puede ser pasiva, ni por el pai's ni por e'l mismo. Que se sostenga en el PRI o lo que de e'l queda, pero que se sostenga sobre todo en la sociedad, en los empresarios y los trabajadores, en las fuerzas de oposicio'n y, desde luego --seamos realistas-- en el Eje'rcito. En todo caso, el presidente constitucional de Me'xico, legi'timamente electo en un sufragio en el que participo' el 75 por ciento del electorado, tiene instrumentos de sobra para darle al pai's el vuelco, la nueva orientacio'n, pero tambie'n la esperanza, que necesita. No se trata de imitar a La'zaro Ca'rdenas. No vivimos en 1935. So'lo que entonces, como ahora, los espectros de la depresio'n, la quiebra, el desempleo, el fanatismo del mal mayor y otras asechanzas pueden, sin que nadie lo desee, engendrar la respuesta del populismo apoyado en el Eje'rcito, los dinosaurios y las altas finanzas. En el mundo capitalista, Hitler y Mussolini abonaron su fuerza sobre este terreno. En el mundo precapitalista la abono' Mao en una China inflacionaria, violenta, desarticulada e incapaz de entender que una etapa histo'rica habi'a concluido. Lo entiende Carlos Salinas mejor que Ernesto Zedillo? En todo caso, en este match Zedillo gano' el primer round, Salinas el segundo. Quie'n ganara' --Corta'zar dixit-- el u'ltimo round? Ojala' que no sea nuestra Madre Cruel y Misteriosa, la insondeable Diosa de las Tinieblas, la Coatlicue de la Falda de Serpientes. Ojala' que Ernesto Zedillo le ponga a la Coatlicue, ma's bien, una minifalda moderna. Ni Hitler, ni Mussolini, ni Mao, el Presidente de Me'xico tiene ahora la oportunidad de convertir su puritanismo legal en realismo poli'tico: democracia con desarrollo y con justicia. Ahora o nunca. Porque en poli'tica, ``too late'' puede significar ``never''.
"La hora del Alka-Seltzer" Por: Carlos Fuentes Las lecciones de la crisis mexicana esta'n a la vista. La primera tiene que ver con informacion como anto'nimo de secreteo. Culpa del gobierno mexicano: no informar sobre el estado real de la economi'a, las reservas en divisas, el peso del peso. Pero culpa, tambie'n del gobierno de Estados Unidos, que conoci'a la situacion verdadera de Me'xico y no dio se~as de vida ni levanto' voces de alarma en defensa de sus propios inversionistas en Me'xico. Pero culpa tambie'n de e'stos, que conociendo la precariedad creciente de la economi'a mexicana, so'lo optaron entre dos caminos. Uno, retirar a tiempo sus capitales y precipitar, asi', la crisis. otro, mantenerlos en Me'xico, cegados por la reaccio'n pavloviana de asumir mayores riesgos en espera de mayores ganancias, pero todo ello dentro de perspectivas a corto, jama's a largo plazo. Henry Kaufman, en el Wall Street Journal, hace notar que los analistas de las instituciones comprometidas--bancos, ase- guradoras, mutualistas-ya no se ocupan de las perspectivas a largo plazo; la deformacio'n profesional los lleva a mirar con miopia so'lo al corto plazo, es decir, al beneficio riesgoso e inmediato. Por ello no son capitales productivos. En todo caso, la crisis de Me'xico re- velo' el caracter del nuevo capital financiero internacional. En 1982, Me'xico pudo negociar la crisis de la deuda con un pu~ado de bancos. Las partes en conflicto, con todo y Jesu's Silva Herzog, cabi'an en una sala del Hotel Plaza de Nueva York. Hoy, para juntarse con sus Hgraviados, Me'xico tendri'a que alquilar el Yankee Stadium. Suman millones los inversionistas --otra vez, grandes y peque~os--afectados por el manejo de las finanzas mexicanas. In- controlables, vola'tiles, enamorados del corto plazo, enemigos de la inverso'n productiva, diversificados a tal grado que lo que sucede en Me'xico afecta a la economla de Brasil o Hong Kong, detentados por grandes corporaciones pero tambie'n por millones de inversionistas individuales, expusieron portafolios no so'lo bancarios sino de aseguradoras, mutualidades y fondos de pensiones; se trata de capitales de gerencia que escapan, con mucho, al control de los gobiernos y de las instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial . La primera gran crisis de este nuevo capital ha ocurrido en Me'xico, da'ndole a nuestro pai's la dudosa distincio'n de coger al mundo por los giievos y demostrar que, si para algo somos buenos, es para universalizar la desgracia. No sabi'amos con quie'nes y con que' esta'bamos tratando, o nos bicimos pendejos, para avanzar agendas poli'ticas internas. Los capitales, en cambio, no se enga~aron a si' mismos. Mientras duro' la recesio'n y los bajos intereses en el mercado norteamericano, miraron hacia Me'xico. Apenas termino' aque'lla y subieron e'stos, las golondrinas volaron a nidos ma's calientes. Se quedaron los ciegos y los suicidas. Aun admitiendo la falta de controles del Ejecutivo federal, su agenda interna, la tradicio'n del secreteo y la colusio'n ilusa del gobierno de Washington, queda una amarga duda en Me'xico. Si no se devaluo' a tiempo, por que' se devaluo' tan mal? Que' les paso' a los te'cnicos, a los economistas, a los chicos del pizarro'n? Por que', antes de devaluar, no acordaron con el gobierno de Estados Unidos el cre'dito que ahora se mendiga con altos riesgos para la soberani'a nacional? Por que' todo tarde, todo mal? Escribo en los u'ltimos di'as de enero, cuando la ilusio'n del cre'dito salvador se evapora, la diplomacia mendicante regresa al jacal con las manos vaci'as, y en esas manos vaci'as descubrimos que so'lo nos quedan muestras propias u~as para rascarnos. De la mendicidad a la resistencia: el 26 de enero, encabezado por un mexi- cano patriota y de alti'sima competencia, Francisco Sua'rez Da'vila, el Congreso mexicano recobro' la facultad constitucional de aprobar o vetar los empre'stitos extranjeros, fuente de males infinitos para nuestra historia desde la primera presidencia, la de Guadalupe Victoria. Asi' como el acuerdo poli'tico del 17 de enero inicia el cumplimiento del primer mandamiento del deca'logo por la democracia, la decisio'n del Congreso inicia la del segundo: la real sepa- racio'n de poderes. En vez de decidirse en Washington, nuestro destino puede ahora decidirse en Me'xico. Si Estados Unidos tiene derecho a considerar desde su o'ptica nacional una garanli'a de pre'stamo a Me'xico. Me'xico con mayor razo'n tiene la responsabilidad de juzgarla desde nuestra propia perspectiva nacional. A los gringos, en otras palabras, hay que devolverles siempre el chirrio'n por el palito. Ellos pueden poner condiciones, nosotros podemos rechazarlas. Ellos pueden negar el cre'dito, nosotros podemos demostrarles que se equivocaron, que debieron otorgarlo sin condiciones lesivas, que las dos economi'as esta'n tan entrelazadas entre si' y con el mundo, que no tenemos ma's remedio que encontrar soluciones bene'ficas para Me'xico, Estados Unidos y la comunidad econo'mica internacional Una vez ma's, el rezago de las institu- ciones mundiales respecto a las nuevas realidades mundiales se hace aparente. Asi' como nuestra sociedad mexicana ya no cabe en los corsets del PRI-gobierno autoritario, la economi'a internacional ya no cabe en la institucionalidad rebasada del FMI y el Banco Mundial. En el a~o del SO Aniversario de las Naciones Unidas es urgente poner al di'a a la organizacio'n mundial. Mientras tanto, Me'xico queda sometido a Me'xico: a encontrar soluciones dentro de nosotros, nuestra tradicio'n, nuestra cultura... y nuestros males. Cada luz en nuestro tu'nel tiene una sombra gemela. Las esperanzas de mayores exportaciones gracias al peso devaluado tendra'n la reaccio'n negativa de los exportadores norteamericanos, empobrecidos por nuestra pobreza. Las esperanzas de inversiones productivas que generen mejor empleo y salario, no restringira'n los niveles de emigracio'n a Estados Unidos en obediencia a la demanda norteamericana, ni la xenofobia azuzada por poli'ticos como Pete Wilson o Patrick Buchanan, que tienen sus propias agendas electorales. Y mientras Me'xico se reorganiza para iniciar una nueva etapa de desarrollo fundado en la produccio'n y el ahorro, el desempleo, el descenso de los salarios, la inflacio'n, la criminalidad, la inseguridad ciudadana y amenazas contra la libertad intelectual e informativa como las sufridas en enero por el poeta Jose' Emilio Pacheco y su esposa la periodista Cristina, se de- voraran el infeliz a~o nuevo. Todas estas son razones para acelerar la agenda democra'tica, apelar a la ciudadani'a, ampliar el gabinete nacional, sujetar a responsabilidad a quienes entorpezcan el desarrollo democra'tico del pai's, y exigirles Solidaridad (con S mayu'scula) a los 24 multimillonarios, a los ex presidentes, ex gobernadores y ex ministrvs que acaparan tajadas ma'ximas de la riqueza nacional, como lo ha pedido Homero Aridjis: Me'xico les pasa la charola. Que ellos nos den lo que Dole y Gingrich nos niegan. Retengamos las buenas ideas del pasado reciente: la inevitable apertura al mundo, el esfuerzo de competitividad. No perdamos el tiempo en vendettas por errores poli'ticos graves pero compartibles entre los gobiernos de Me'xico y Estados Unidos, los inversionistas extranjeros y las instituciones financieras internacionales. Creemos, en cambio, normas claras de responsabilidad pu'blica y limitaciones a la discrecionalidad administrativa. Y tengamos presente el cara'cter de la nueva inver- sio'n internacional. Ya fuimos vi'ctimas atarantadas y poco inteligentes en dos ocasiones: de la deuda bancaria en 1982, de la inversio'n golondrina en 1994. No repitamos los errores. So'lo los evitaremos promoviendo produccio'n y ahorro, mejor trabajo y mejor salario. Eso toma tiempo y voluntad Pero tambie'n toma democracia. Los municipios de Me'xico siguen siendo base de trabajo, creatividad y riqueza, a condicio'n de que no sean explotados vilmente, a condicio'n de que su poli'tica y su economi'a la manejen los propios habitantes locales. El obrero industrial rendira' ma's en la medida en que se sienta ma's protegido por la ley y mejor representado por sus agrupaciones gremiales. El empresario tendra' mayor acicate social en la medida en que la seguridad de su propiedad se identifique con el mayor nivel de vida de los mexicanos y la mayor capacidad de consumo del mercado. Democracia de verdad significa, por esto, economi'a de verdad. Un pai's hermoso, de gente magni'fica y cultura ininterrumpida, se nos puede ir de las manos. Debemos recobrar la patria. Termino' la e'poca de las ilusiones, la grandilocuencia y la soberbia. llego' la hora del trabajo, de la modestia y del alka-seltzer colectivo./pre>
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